Un regalo de la naturaleza:
El amaranto, también conocido como alegría o bledo, es un pseudocereal originario de América. El amaranto es todo un tesoro ancestral para la cocina moderna. Se cultiva desde hace miles de años, ya era un alimento fundamental para las culturas precolombinas como los aztecas y los mayas. Su grano es pequeño, dorado, marrón o negro y de un tamaño similar a la quinoa.
El amaranto no solo destaca por su antiguo legado cultural, sino también por su excepcional valor nutricional:
Es rico en proteínas, por lo que para vegetarianos y veganos suele ser una opción muy recurrida a la hora de preparar platos equilibrados. Su alto contenido en fibra mejora la digestión, regula el azúcar en sangre y aumenta la saciedad. Aportando minerales esenciales como el hierro, el calcio o el magnesio.
Un invitado versátil en la cocina moderna:
El amaranto se adapta a una gran variedad de preparaciones, desde platos salados hasta dulces. Cocido con agua o leche funciona muy bien como guarnición. En harina es ideal para preparar panes, galletas o pastas e incluso sus hojas se pueden cocinar como si fuesen espinacas.
Un aliado para la salud y el bienestar:
Al tener un alto contenido en fibra y ácidos grasos insaturados ayuda a reducir el colesterol y prevenir enfermedades del corazón. Gracias a el aporte de vitaminas que hace, es capaz de regular el azúcar en sangre, muy beneficiosos para las personas con diabetes. Además favorece la digestión y previene el estreñimiento.
El amaranto es un tesoro ancestral para la cocina moderna, un ingrediente versátil, nutritivo y delicioso que puede transformar tus recetas en una explosión de sabor y bienestar. Anímate a incorporarlo en tu cocina y descubre las bondades de este tesoro ancestral.
Imagen portada: de Luisella Planeta LOVE PEACE 💛💙 en Pixabay