A la espuma de la cerveza también se le conoce como giste, que es una palabra que procede del alemán, «gischt» que significa «espuma».
La espuma de la cerveza está formada por proteínas y gas carbónico. Las proteínas provienen del cereal utilizado en la elaboración de la cerveza, y el gas carbónico se crea durante la fermentación. La espuma ayuda a proteger el sabor y el aroma de la cerveza, y también ayuda a retener el dióxido de carbono, lo que hace que la cerveza sea más refrescante.
Al beber cerveza, la espuma es muy importante, debe ser blanca, cremosa y persistente. Debe tener un tamaño de burbuja uniforme y no debe ser demasiado pegajosa.