El origen de los villancicos se remonta al siglo XIII, en España. En sus inicios, los villancicos no estaban ligados a la Navidad, sino que eran canciones populares que trataban todo tipo de temas.
El término «villancico» aparece por primera vez en el Cancionero de Estúñiga, un manuscrito de música española del siglo XV. En este manuscrito, los villancicos se clasifican en dos categorías: villancicos profanos y villancicos religiosos.
Los villancicos profanos trataban temas como el amor, la naturaleza y la vida cotidiana. Los villancicos religiosos, en cambio, trataban temas relacionados con la Navidad, como el nacimiento de Jesús, la Virgen María y los pastores.
A partir del siglo XVI, los villancicos religiosos se hicieron cada vez más populares. Esto se debió, en parte, a la difusión del cristianismo por todo el mundo.
Los villancicos se introdujeron en América Latina en el siglo XVI, por los misioneros españoles. donde se mezclaron con las tradiciones musicales indígenas, dando lugar a nuevos estilos de villancicos.
Hoy en día, los villancicos son una parte importante de la celebración de la Navidad en todo el mundo. Son canciones alegres y festivas que transmiten el mensaje de la Navidad. Se caracterizan por su ritmo alegre y su letra sencilla. Suelen estar escritos en un lenguaje coloquial y utilizan imágenes sencillas y cotidianas. Se suelen cantar en las iglesias, en las casas y en las calles durante la época navideña.
Algunos de los villancicos más populares son:
- «Noche de paz»
- «Campana sobre campana»
- «El tamborilero»
- «Los peces en el río»
- «Los tres reyes magos»