La tercera ley de Newton, también conocida como principio de acción y reacción, establece que:
A toda acción le corresponde una reacción igual pero en sentido contrario.
En otras palabras, cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, este último ejerce una fuerza de igual magnitud pero en sentido opuesto sobre el primero.
Esta ley es fundamental para entender cómo funciona el mundo que nos rodea. Por ejemplo, es la responsable de que podamos caminar, ya que la fuerza que ejercemos sobre el suelo es igual y opuesta a la fuerza que el suelo ejerce sobre nosotros. También es la responsable del vuelo de los aviones, ya que las alas ejercen una fuerza ascendente sobre el aire, y el aire ejerce una fuerza descendente sobre las alas.