La violencia vicaria es una forma de violencia de género en la que el agresor utiliza a los hijos o hijas de la víctima como medio para infligirle daño. El objetivo de la violencia vicaria es causar el mayor dolor posible a la víctima, a través de la manipulación y el sufrimiento de los menores.

La violencia vicaria puede manifestarse de diversas formas, entre las que se encuentran:

• Amenazar con llevarse a los hijos o hijas, quitarle la custodia o incluso matarlos.
• Aprovechar la presencia de los hijos o hijas para insultar a la madre, hablar mal de ella, humillarla y amenazarla.
• Restringir el contacto de la víctima con los hijos o hijas.
• Atentar contra la integridad física o psíquica de los hijos o hijas.

En los casos más extremos, la violencia vicaria puede incluso llegar al asesinato de los hijos o hijas.

La violencia vicaria es una forma de violencia especialmente cruel y despiadada, ya que afecta a personas inocentes que no tienen nada que ver con la violencia de género. Los hijos o hijas de las víctimas de violencia vicaria son víctimas directas de la violencia, y pueden sufrir graves secuelas psicológicas y emocionales.

Es importante identificar y denunciar la violencia vicaria, ya que es una forma de violencia de género que puede tener consecuencias muy graves.

En España, la violencia vicaria está tipificada como un agravante del delito de violencia de género. Esto significa que, en caso de que se produzca un asesinato de un hijo o hija por parte del progenitor agresor, la pena será mayor que en un caso de asesinato sin agravantes.

Para prevenir la violencia vicaria, es importante que las mujeres víctimas de violencia de género reciban apoyo y asesoramiento especializado. También es importante que las autoridades competentes adopten medidas para proteger a las víctimas y a sus hijos o hijas.