La temperatura corporal normal varía de persona a persona y también puede variar a lo largo del día. Por lo general, se considera que una temperatura corporal de 36,1 a 37,2 °C es normal. A partir de 37,2 °C se considera que hay febrícula y a partir de 38 °C se considera que hay fiebre.
La fiebre es una respuesta del cuerpo a una infección o enfermedad. El cuerpo eleva su temperatura para ayudar a combatir la infección. La fiebre puede causar una variedad de síntomas, como escalofríos, sudoración, dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga.
Si tiene fiebre, es importante mantenerse hidratado y descansar. También puede tomar medicamentos para bajar la fiebre, como ibuprofeno o acetaminofén. Si su fiebre es alta o no mejora después de unos días, consulte a un médico.
En el caso de los niños, la temperatura normal es ligeramente más alta que en los adultos.
Se considera que una temperatura corporal de 37,5 °C o más es fiebre en niños menores de 3 meses. En niños mayores de 3 meses, se considera que una temperatura corporal de 38 °C o más es fiebre.
Si su hijo tiene fiebre, es importante mantenerlo hidratado y descansar. También puede darle un baño templado o un baño de esponja para ayudar a bajar la fiebre. Si su hijo tiene fiebre alta o no mejora después de unos días, consulte a un médico.