Estas tres figuras están relacionadas con el mundo del vino, tienen funciones específicas y requieren de diferentes conocimientos y habilidades.
El catador es la persona que analiza las características sensoriales de un vino, como su color, aroma, sabor y textura. Esta labor se realiza de forma profesional en las bodegas y en las escuelas de cata, pero también puede realizarse de forma amateur por cualquier persona interesada en el vino.
El sumiller es un profesional del vino que se encarga de la selección, compra, conservación y servicio de los vinos en restaurantes, hoteles, bodegas y otros establecimientos. El sumiller también asesora a los clientes en la elección del vino adecuado para cada ocasión.
El enólogo es un profesional del vino que se encarga de la elaboración del vino, desde el cultivo de la vid hasta la crianza y el embotellado. El enólogo debe tener conocimientos de viticultura, enología, química, biología y otras materias relacionadas.